María Rosa Lojo y Silvina Friera estuvieron conversando sobre Todos éramos hijos; el resultado, esta entrevista para Página/12:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-33900-2014-11-05.html
El teatro del mundo suele ser incomprensible. Ser joven en los años ’70, cuando las piezas del rompecabezas estaban orientadas por el fervor de la militancia revolucionaria y la lucha armada, no fue fácil. Frik, una adolescente descolocada, desajustada, incómoda, termina en 1971 la escuela secundaria en el Sagrado Corazón de Jesús de Castelar, uno de los colegios donde se difundieron las conclusiones del Concilio Vaticano II, los Documentos de Medellín y los principios de la Teología de la Liberación. El grupo de teatro organizado por la profesora Elena Santos y el padre Juan Aguirre decide representar una obra de Arthur Miller, pieza iluminadora para Frik, que pronto descubrirá en las palabras, en la literatura, una casa que ella transportará “como lleva el caracol su cubierta móvil”. En Todos éramos hijos (Sudamericana), María Rosa Lojo reconstruye ese pasado complejo, atravesado por las esquirlas políticas, religiosas y familiares, desde una intimidad comprometida con los desgarros existenciales. El desdoblamiento narrativo –una tercera persona que orbita entre la adolescente y la mujer adulta que vuelve sobre los documentos, las fotografías y el andamiaje de todos los libros que escribió– y la distancia temporal le permiten asediar esos recuerdos para transfigurarlos en el tapiz de la ficción. Sigue leyendo